En diálogo con l@s participantes del Congreso de Filosofía Joven -Murcia

María Luciana Cadahia contrapone los modelos teóricos en los que se basan la democracia deliberativa y la democracia neoliberal

sábado, 10 de abril de 2010

PENSAR LA (IM)POSIBILIDAD DE LA DEMOCRACIA (IV)


En gran medida, la corriente de pensamiento neoliberal, representada en mayor medida por Hayek, ha sentado las bases para desarticular este vínculo que se trataba de conciliar con el modelo anterior. En sentido estricto, no renuncia al uso del término democracia, no obstante, al vaciarlo de todo contenido político hace de éste un mero concepto técnico, a tal punto que la democracia se ve obstaculizada por aquello que Tocqueville caracterizó como el dogma democrático, a saber, presuponer la libertad del hombre como algo intrínseco a su naturaleza e independiente al cuerpo político del que forma parte. Este presupuesto dogmático funciona como el eje desde el cual se construye toda la teoría neoliberal, y el principal inconveniente es que hace peligrar el momento propiamente democrático: la aspiración a l’égalité des conditions. Veamos cómo esto tiene lugar.

El liberalismo conservador pretende romper el vínculo entre liberalismo y democracia, y para ello establece una disociación entre libertad y política. En primer lugar, el concepto de libertad se reduce a libertad individual, puesto que se realza la figura del individuo como un ser autónomo y en cuyo seno la libertad habita como su rasgo esencial. De este modo, no sólo se concibe la noción posesiva de libertad, sino que prácticamente se realza su aspecto meramente negativo –ser libre se reduce a una no intervención en mi campo de conducta-, a tal punto que el aspecto positivo de libertad (en sentido moderno), la dimensión participativa, la mayoría de las veces es concebido como un atentado contra aquella libertad originaria y fundamental. La libertad, por tanto, no es concebida como algo a construir mediante la práctica, sino como algo originario que se posee y debe conservarse.
En segundo lugar, y siguiendo esta línea de razonamiento, se hace de la democracia un mero instrumento procedimental, dado que es concebida “esencialmente (como) un medio, un instrumento utilitario para salvaguardar la paz interna y la libertad individual” . El mayor inconveniente, tal y como lo advirtió Tocqueville, es la expansión de un individualismo ciego, donde los “los ciudadanos salen un momento de la dependencia para elegir a su amo, y luego vuelven a ella” . De esta manera, el liberalismo conservador (en gran medida alimentado por cierta simplificación de la teoría del contrato moderna) elabora una hegemonía de la diferencia donde, se afirma un individuo en los términos de una identidad ya constituida, que sólo debe exigir el derecho a su singularidad, a la auto-manifestación de sí mismos, y se pierde de vista en qué medida las posibilidades del ejercicio del sí mismo y de su constitución es algo a construir –y no dado previamente- en la dinámica misma de la política.

2 comentarios:

  1. Saludos, aprovecho para compartir con ustedes el siguiente artículo sobre el Socialismo y Albert Einstein. Lo pondré en dos partes por que no alcanza en un comentario.

    ALBERT EINSTEIN YA NOS INDICÓ EL SENDERO
    Al parecer en Europa y otros países del mundo muchos siguen confundidos y manipulados por conceptos programados en sus mentes para posicionarnos visceralmente contra palabras como Socialismo. El cual no se trata de lo hacen los gobiernos Europeos con una “S” en sus siglas pretendiendo ser con ello socialistas, cuando sometidos a un poderoso sistema capitalista muy consolidado detrás de ellos, sus gobiernos sólo actuarán quizá, como capitalistas de cara blanda; útiles para el sistema en cuanto que de vez en cuando refrescan la imagen explotadora del capitalismo neoliberal que gobierna detrás. Aunque con la crisis capitalista todos están quedando en evidencia, y ni para refrescar quedó ninguno. De ahí que sea interesante para quien sienta algo de interés por saber qué nos pasa, y qué posibilidades hay para mejorar la existencia humana, retomar el artículo publicado originalmente en el
    Monthly Review, New York, mayo 1949.
    Escrito por ALBERT EINSTEIN, que ¿quién puede tachar de socialista o comunista antes que de un científico objetivo con una mente analítica brillante y libre de partidismos y politiquería?...
    El artículo es más extenso, pero aquí extraje lo que consideré más importante. Quien quiera leerlo entero, por Internet fácilmente se encuentra.
    Albert Einstein
    La mayoría de los grandes estados debieron su existencia a la conquista. Los conquistadores se establecieron como la clase privilegiada del país conquistado asegurándose el monopolio de la propiedad de la tierra, y con el control de la educación hicieron la división de la sociedad y el sistema de valores que de forma inconsciente, dirigiría el comportamiento social…
    En ninguna parte hemos superado lo que Thorstein Veblen llamó «la fase depredadora» del desarrollo humano. Los hechos económicos observables pertenecen a esa fase e incluso las leyes derivadas de ellos no son aplicables a otras fases.
    El verdadero propósito del socialismo es superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, guiando hacia un fin ético-social. La ciencia no puede establecer fines y menos inculcarlos en los seres humanos; puede proveer los medios con los que lograr ciertos fines, pero los fines por sí mismos, son concebidos por personas con altos ideales éticos que si son llevados adelante por muchos, determinan la evolución de la sociedad.
    Muchas voces han afirmado que la sociedad está pasando por una crisis, que su estabilidad ha sido gravemente dañada; los individuos se sienten indiferentes o incluso hostiles… Es la expresión de la soledad dolorosa y del aislamiento que mucha gente está sufriendo en la actualidad.
    El hombre es a la vez un ser solitario y un ser social. Como solitario procura proteger su propia existencia y la de los más cercanos. Como social intenta ganar reconocimiento y afecto, para compartir placeres, para confortar en los dolores, y para mejorar las condiciones de vida. La existencia de estos frecuentemente contradictorios objetivos, determina el grado con el cual un individuo puede alcanzar un equilibrio interno y puede contribuir al bienestar de la sociedad. Las realizaciones de los muchos millones en el pasado y en el presente que se ocultan detrás de la pequeña palabra «sociedad».
    Los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse o a estar a la merced de un destino cruel, infligido por ellos mismos.
    El individuo es más consciente que nunca de su dependencia de sociedad, pero no lo ve como un hecho positivo sino como algo que amenaza sus derechos o incluso su existencia económica. Su posición es tal, que sus instintos egoístas se están acentuando mientras los sociales, por naturaleza más débiles, se deterioran.

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  2. 2ª parte.
    El hombre sólo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad.
    La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal.
    El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos. El resultado es una oligarquía cuyo enorme poder no se puede controlar con una sociedad democrática. Es así porque los legislativos son seleccionados por partidos políticos, financiados o influidos por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia: Los representantes del pueblo no protegen los intereses de los grupos no privilegiados de la población, por otra parte, los capitalistas controlan directa o indirectamente las fuentes de información (prensa, radio, educación). Así es extremadamente difícil o absolutamente imposible, que el ciudadano pueda obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos.
    La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a la amputación de esa conciencia social de los individuos que mencioné antes: El peor mal del capitalismo. Y nuestro sistema educativo sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.

    Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males: el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada, que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad y distribuye el trabajo para garantizar el sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.
    (Resumen de Artículo de Albert Einstein titulado: ¿Por qué socialismo?)

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