En diálogo con l@s participantes del Congreso de Filosofía Joven -Murcia

María Luciana Cadahia contrapone los modelos teóricos en los que se basan la democracia deliberativa y la democracia neoliberal

jueves, 25 de febrero de 2010

EL FUTURO DEL SOCIALISMO (III)

(Tras explicitar el concepto de globalizacion en las lineas precedentes...)

"El Estado de Bienestar quiebra ante esta situación, ya que el Estado no puede tener su punto de mira única y exclusivamente en la protección de “su” sociedad, siéndole imposible controlar siquiera la mitad de las cosas que le acontecen, es decir, que sus posibilidades de intervención se vuelven cada vez más estériles, difuminándose esa distinción, que al principio parecía tan clara, entre sociedad y Estado, situándonos ante un política desterritorializada. En relación con ello, Vallespín realiza la siguiente afirmación que nos deja perplejos: «la gran ironía de la democracia en nuestros días es que se ha convertido en el único sistema de gobierno legítimo justo en el momento en el que ya no es posible ». ¿Cómo defender la democracia sin un demos claramente delimitado? Además, ¿puede el pueblo hacerse cargo de un mundo tan complejo? Vallespín apunta a que es necesaria una remodelación de nuestra democracia, algo que no cabe en nuestras mentes porque la hemos tomado como un producto completamente acabado que hemos de exportar a aquellos “pobres desgraciados” que no disfrutan de ella, en vez de como un elemento en constante necesidad de cambio y evolución"

Nota. Referencia a la obra de Vallespin: El futuro de la politica, Madrid, Taurus, 2003.

lunes, 22 de febrero de 2010

EL FUTURO DEL SOCIALISMO (II)


E. Laclau y C. Mouffe muestran una concepción interesante de la realidad social que está determinada por el concepto de “discurso”, y que bebe de tradiciones filosóficas tan importantes como: la filosofía analítica del último Wittgenstein, la fenomenología propia de Heidegger y la crítica postestructuralista del signo. Según dicho posicionamiento, la realidad social sólo nos aparece como tal gracias a la mediación discursiva, es decir, que lo real es sólo aquello que está conceptuado, de modo que sin conceptualización no podemos hablar de ninguna realidad. Una concepción, todo sea dicho, extendida a lo largo del S.XX, y que yo creo que, desde la filosofía de Zubiri puede retrotraerse hasta Hegel y su famosa frase de Los Principios de Filosofía del Derecho: «Lo que es racional es real, y lo que es real es racional ». Adscribiéndome a este modo de concebir la realidad social, mi primera tarea consistirá en hacer brotar, utilizando los conceptos, la realidad social en la que se enmarcan los problemas principales de los que debe dar cuenta una teoría política socialista.

miércoles, 17 de febrero de 2010

EL FUTURO DEL SOCIALISMO (I)


Mi punto de partida será que si algo ha quedado demostrado con la actual crisis económica, es la falsedad de la tesis liberal de que el Mercado a su libre albedrío puede generar una repartición equitativa de la riqueza, y por ello, es necesaria cierta estructura de poder que limite y regule el funcionamiento del mismo, cuál será la naturaleza y composición de esa estructura es algo que dependerá de los diversos autores, algunos dirán que la sociedad civil, otros que un Estado global,… Pero lo que queda sin lugar a dudas, desde mi punto de vista, es que el socialismo tenía razón al exigir una entidad reguladora, entonces ¿por qué no ha quedado ello claro tras la crisis? ¿Por qué en Europa triunfa la derecha más liberal? Porque estamos ante un socialismo que ha perdido de vista su naturaleza más propia, el modelo al que tender, eso es lo que trataremos de ver aquí. ¿Hacia dónde debería tender un socialismo que quiera afrontar con solidez los retos del S.XXI? Para ello haremos uso de Laclau, Mouffe, Hardt y Negri, considerados como cuatro de los más importantes teóricos del movimiento socialista en estos momentos (...)